lunes, 13 de mayo de 2019

Todas las cosas ocurren sólo un cierto número de veces

«La muerte está siempre en camino, pero el hecho de que no sepamos cuándo llega parece suprimir la finitud de la vida. Lo que tanto odiamos es esa precisión terrible. Pero como no sabemos, llegamos a pensar que la vida es un pozo inagotable. Sin embargo, todas las cosas ocurren sólo un cierto número de veces, en realidad muy pocas. ¿Cuántas veces recordarás cierta tarde de tu infancia, una tarde que es parte tan entrañable de tu ser que no puedes concebir siquiera tu vida sin ella? Quizá cuatro o cinco veces más. Quizá ni eso. ¿Cuántas veces más mirarás salir la luna llena? Quizás veinte. Y, sin embargo, todo parece ilimitado.»

Paul Bowles, El cielo protector

lunes, 4 de febrero de 2019

Ay, mi estimado señor

«Mi estimado señor, he leído su manuscrito. Ay, mi estimado señor.»

Carta de rechazo recibida por Oscar Wilde tras enviar a un editor su obra El abanico de Lady Windermere

miércoles, 3 de octubre de 2018

De eso está hecha la patria

Lengua, sensación, afecto, emociones, pulsiones, sexualidad: de eso está hecha la patria de los hombres, a la que quieren volver continuamente y a la que llevan consigo donde quiera que vayan. La lengua le da a esa patria su sabor particular. Por lo tanto, la patria pertenece a la esfera privada. Los que la invocan como un imperativo abstracto incurren, como en tantas ocasiones, en un abuso de confianza.

Juan José Saer, "Razones", 1984

jueves, 13 de septiembre de 2018

Un diálogo entre dos pedazos de levadura

Cuenta Vonnegut en su Desayuno de campeones (Anagrama, 1999), que Kilgore Trout “escribió un cuento corto que era un diálogo entre dos pedazos de levadura. Discutían el posible sentido de una vida que se limita a comer azúcar y a ahogarse en su propio excremento. Debido a su limitada inteligencia, nunca llegaron a darse cuenta de que lo que estaban haciendo era champagne”.

Gabriel Báñez, “Coto de caza”, en Posted by, 2009

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Dejar que las palabras hagan su trabajo


Escribir es, a veces, como poner levadura en una masa: no hay que hacer nada, excepto dejar que las palabras hagan su trabajo. Y hay que tener cuidado, porque lo harán con eficacia aterradora.

Leila Guerriero, “¿Dónde estaba yo cuando escribí esto?” *

sábado, 2 de junio de 2018

Volver

Norma dice en cambio que veinte años es mucho tiempo, que yo digo eso porque debo tener menos de treinta. Y además hace la salvedad de que el tango nunca afirma que veinte años no sea nada, que de lo que habla el tango es de cómo sería sentir eso. Norma recita pero no canta: «Sentir / que es un soplo la vida / que veinte años no es nada / que febril la mirada / errante en la sombra / te busca y te nombra». Se puede sentir que veinte años no es nada, pero eso no tiene por qué suponer que en efecto lo sea. Me digo, pero no digo, que sólo una exiliada que nunca volvió puede tener tan pensado el tango «Volver».

Martín Kohan, Museo de la revolución

miércoles, 23 de mayo de 2018

La posibilidad de errar mucho

Entre la posibilidad de acertar mucho, existente
en la matemática, y la posibilidad de errar mucho,
que existe en la escritura (errar de errante, de caminar
más o menos sin una meta) opté instintivamente
por la segunda. Escribo porque perdí el mapa.

Gonçalo Tavares, El mapa

jueves, 17 de mayo de 2018

La verdadera vida de los hombres

«Entretanto, la vida seguía adelante; la verdadera vida de los hombres, con sus intereses sustanciales de salud y enfermedad, de trabajo y descanso; con sus inquietudes intelectuales por la ciencia, la poesía y la música, el amor, la amistad, el odio, las pasiones. Esa vida seguía como siempre, independientemente y al margen de la amistad política o de la hostilidad hacia Napoleón Bonaparte y de todas las reformas posibles.»

Lev Tolstoi, Guerra y paz