jueves, 17 de agosto de 2017

Ser indigente es un trabajo a jornada completa

«Ser indigente es un trabajo a jornada completa. Ser pobre es un trabajo a jornada completa. Eso es lo que no entienden quienes echan en cara a las personas desfavorecidas que no salgan al mundo y busquen un empleo. Ya tienen un empleo, y ese empleo es la supervivencia. Hay que ponerse temprano en la cola para recibir alimento, y más temprano aún para tener un sitio donde dormir. Uno acarrea sus pertenencias a la espalda, y cuando dejan de servirle, rebusca en la basura para sustituirlas. Uno sólo tiene cierta cantidad de energía que consumir, porque sólo dispone de cierta cantidad de alimento con que nutrir el cuerpo. La mayor parte del tiempo está cansado y dolorido, y lleva la ropa húmeda […] Cada día es igual, y cada día uno es un poco más viejo y está un poco más cansado.»

(John Connolly, El invierno del lobo)

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