sábado, 14 de octubre de 2017

Hasta que soplaba el viento de otro lado

«En los balcones del barrio y en los de toda Barcelona cada vez había más banderas de España; había hasta algunas con el toro. También había senyeres y estelades, pero menos que españolas. Me fijaba en ellas mientras hacía el reparto. Yo nunca había visto tantos balcones y terrazas conquistados por banderas españolas. Ni siquiera dos años antes, el día de la final de la Eurocopa. Había edificios en los que veías en el balcón de la derecha una bandera española y en el de la izquiera una senyera. Cuando soplaba el viento, ondeaban y se rozaban la una con la otra, como si se acariciasen y se quisieran fundir en una sola, hasta que soplaba el viento de otro lado y las dos se sacudían violentas y ondeaban cada una en una dirección.»

Miguel Angel Ortiz, La inmensa minoría

jueves, 12 de octubre de 2017

El secreto del éxito eterno del amor

«Te aseguré [...] que el secreto del éxito eterno del amor no podía sino participar de las mismas reglas que aseguraban el éxito de la convivencia eterna con uno mismo, vale decir, disfrutar de lo disfrutable, lamentarse de lo lamentable, perdonar hasta lo imperdonable, justificar lo injustificable, querernos algunas veces y odiarnos muchas más, permitirnos cambiar o no cambiar, ser sinceros hasta lo posible, y, por supuesto, no serlo cuando esa sinceridad puede provocarnos daños irreparables, o etcéteras y etcéteras parecidos.»

Federico Jeanmaire, Países bajos

martes, 3 de octubre de 2017

La lengua y la patria

«Lengua, sensación, afecto, emociones, pulsiones, sexualidad: de eso está hecha la patria de los hombres, a la que quieren volver continuamente y a la que llevan consigo donde quiera que vayan. La lengua le da a esa patria su sabor particular. Por lo tanto, la patria pertenece a la esfera privada. Los que la invocan como un imperativo abstracto incurren, como en tantas ocasiones, en un abuso de confianza.»

Juan José Saer, "Razones", 1984

lunes, 2 de octubre de 2017

Todas esas palabras

«Pienso en todo lo que nos dijimos, en todo lo que no, pienso en el pasado, en lo que ya no es ni volverá a ser, pienso que cada una debe amasar su verdad acerca de la otra, comparando la de antes con la de ahora. Por eso el artificio, las sonrisas, el pudor, la sorpresa, los ¿Y vos?, Qué loco y Te juro. Todas esas palabras.»

Iosi Havilio, Paraísos