sábado, 2 de junio de 2018

Volver

Norma dice en cambio que veinte años es mucho tiempo, que yo digo eso porque debo tener menos de treinta. Y además hace la salvedad de que el tango nunca afirma que veinte años no sea nada, que de lo que habla el tango es de cómo sería sentir eso. Norma recita pero no canta: «Sentir / que es un soplo la vida / que veinte años no es nada / que febril la mirada / errante en la sombra / te busca y te nombra». Se puede sentir que veinte años no es nada, pero eso no tiene por qué suponer que en efecto lo sea. Me digo, pero no digo, que sólo una exiliada que nunca volvió puede tener tan pensado el tango «Volver».

Martín Kohan, Museo de la revolución